Feliz día, animal!
Página 1 de 1.
Feliz día, animal!
-Está bien, hoy podés hablar.
-Pero... eso es imposible, los perros no hablamos.
-Bueno, es mi regalo de cumpleaños, sólo por hoy. Y date cuenta que ya estás hablando.
-Ja! es cierto!
-¿Viste? ¿estás contento?
-Mmm, no sé. Nunca necesité hablar para comunicarme con vos, ¿esto mejora en algo?
-Supongo que debería. Podés decirme algo que te moleste, por ejemplo.
-Odio los ciclomotores, los ruidos chillones de algunos juguetes y que me dejes encerrado cuando te vienen a visitar con chicos.
-Si, eso ya lo sabía. Se te nota en la cara cada vez. y sino, ladrás y lo hacés notar.
-También detesto que ya que me acostumbraste a lo que comés desde siempre, ahora me des alimento balanceado por quince días seguidos. Lo como cuando ya no doy más de hambre.
-Sí, me di cuenta, sos mañero.
-Vos me creaste el hábito, no te quejes.
-Tenés razón. ¿Puedo hacerte una pregunta?
-Las que quieras, tengo que aprovechar cada palabra y la verdad, no sé que decir.
-¿Estás contento conmigo? Sé que aprovechás cada vez que dejo la puerta abierta para escaparte corriendo, pero las veces que no volviste es porque te perdiste.
-No me perdí, tonto. Quería que me fueras a buscar. No tenés una idea de lo que es nuestro sentido de la ubicación.
-¿Tan vivo podés ser?
-No más que cualquiera de ustedes. Te he visto hacer cada cosa con tu novia para probarse que se querían, que lo mio es cosa de niños.
-Eso me suena un poco sucio, podías haber avisado de tu percepción tan aguda.
-Si me hubieses regalado el don del habla antes, tal vez, pero creo que mi cara fue bastante elocuente. Si hasta me hablabas como si hubiera podido contestarte.
-Tenés razón, una vez más. Pero me ayudaste mucho, me di cuenta de que me bancabas cada rabieta y cada angustia, aunque no hablaras.
-Me alegro que lo valores.
-Y yo me alegro de que estés acá. En serio.
-No te me pongas sensible, por favor. No me mariconees que necesito un dueño fuerte.
-Eso también me lo mostraste antes. Cuando aflojo por algo, te veo a vos con esa parada imponente y tomo valor. Como si te siguiera, como si me dieras ánimo.
-Al final, parece que no te puedo decir nada que no sepas de mí, o de vos mismo.
-¿Te dije que te quería?
-Sacame el habla ya mismo por favor, me sentiría patético escuchándome decir "yo también".
-Pero lo dijiste.
-Sin comentarios. Gracias de todas formas.
-No, gracias a vos, por hacer que huelguen las palabras. Y feliz día.
-Pero... eso es imposible, los perros no hablamos.
-Bueno, es mi regalo de cumpleaños, sólo por hoy. Y date cuenta que ya estás hablando.
-Ja! es cierto!
-¿Viste? ¿estás contento?
-Mmm, no sé. Nunca necesité hablar para comunicarme con vos, ¿esto mejora en algo?
-Supongo que debería. Podés decirme algo que te moleste, por ejemplo.
-Odio los ciclomotores, los ruidos chillones de algunos juguetes y que me dejes encerrado cuando te vienen a visitar con chicos.
-Si, eso ya lo sabía. Se te nota en la cara cada vez. y sino, ladrás y lo hacés notar.
-También detesto que ya que me acostumbraste a lo que comés desde siempre, ahora me des alimento balanceado por quince días seguidos. Lo como cuando ya no doy más de hambre.
-Sí, me di cuenta, sos mañero.
-Vos me creaste el hábito, no te quejes.
-Tenés razón. ¿Puedo hacerte una pregunta?
-Las que quieras, tengo que aprovechar cada palabra y la verdad, no sé que decir.
-¿Estás contento conmigo? Sé que aprovechás cada vez que dejo la puerta abierta para escaparte corriendo, pero las veces que no volviste es porque te perdiste.
-No me perdí, tonto. Quería que me fueras a buscar. No tenés una idea de lo que es nuestro sentido de la ubicación.
-¿Tan vivo podés ser?
-No más que cualquiera de ustedes. Te he visto hacer cada cosa con tu novia para probarse que se querían, que lo mio es cosa de niños.
-Eso me suena un poco sucio, podías haber avisado de tu percepción tan aguda.
-Si me hubieses regalado el don del habla antes, tal vez, pero creo que mi cara fue bastante elocuente. Si hasta me hablabas como si hubiera podido contestarte.
-Tenés razón, una vez más. Pero me ayudaste mucho, me di cuenta de que me bancabas cada rabieta y cada angustia, aunque no hablaras.
-Me alegro que lo valores.
-Y yo me alegro de que estés acá. En serio.
-No te me pongas sensible, por favor. No me mariconees que necesito un dueño fuerte.
-Eso también me lo mostraste antes. Cuando aflojo por algo, te veo a vos con esa parada imponente y tomo valor. Como si te siguiera, como si me dieras ánimo.
-Al final, parece que no te puedo decir nada que no sepas de mí, o de vos mismo.
-¿Te dije que te quería?
-Sacame el habla ya mismo por favor, me sentiría patético escuchándome decir "yo también".
-Pero lo dijiste.
-Sin comentarios. Gracias de todas formas.
-No, gracias a vos, por hacer que huelguen las palabras. Y feliz día.
Henry Drae- Novato
- Mensajes : 62
Fecha de inscripción : 22/02/2011
Edad : 55
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
|
|
Mar Sep 24, 2013 12:01 am por celeste
» El Confesionario...
Sáb Feb 16, 2013 9:26 pm por pequerex
» Horoscopo Celta... (Los árboles sagrados)
Sáb Feb 16, 2013 9:16 pm por Katain66
» De que tenéis ganas???
Sáb Feb 16, 2013 9:13 pm por pequerex
» Inteligencia emocional. (Test)
Sáb Feb 16, 2013 9:11 pm por Katain66
» Filofobia: Miedo al amor
Sáb Feb 16, 2013 9:10 pm por pequerex
» XETdeC RADIO DEL TIEMPO X
Sáb Feb 16, 2013 1:05 am por Katain66
» El ultimo mensaje gana!!!!!!!!
Sáb Feb 16, 2013 12:58 am por Katain66
» Mi pequepagina. . . . . . . . . ...(Sin complejos)...
Sáb Feb 16, 2013 12:49 am por Katain66
» Ma roto el corazón Venedicto XVI
Vie Feb 15, 2013 11:12 pm por Katain66