Condenados los secuestradores de Jaycee Lee Dugard.
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Condenados los secuestradores de Jaycee Lee Dugard.
SENTENCIA DE SECUESTRO Y VIOLACIÓN.
El secuestrador de Jaycee Lee Dugard, condenado a 431 años de cárcel
Phillip Garrido, declarado culpable de violación y secuestro
Su esposa y cómplice, Nancy Garrido, condenada a 36 años de prisión
02.06.11 | 21:03 h.
Phillip Garrido, el hombre que mantuvo durante 18 años prisionera a Jaycee Lee Dugard, ha sido declarado por la corte de Placerville, California, culpable de secuestro y violación de la joven y condenado por ello a 431 años de prisión, mientras que su esposa, Nancy Garrido, ha sido condenada a 36 años de cárcel por mantener cautiva, desde el 10 de junio de 1991 y hasta el 2009, a Dugard.
Lee fue raptada en la calle y ante los ojos de su padrastro cuando tenía en 11 años, y permaneció en paradero desconocido durante 18 años. Durante ese tiempo la víctima dio a luz a dos bebés cuya paternidad correspondería supuestamente a su secuestrador y son fruto de las interminables violaciones que sufrió la joven.
La aparición de Lee, en agosto de 2009, reabrió la investigación sobre lo sucedido desde la tarde de su desaparición en 1991, después de que el caso estuviese archivado como pendiente durante casi dos décadas.
Lee apareció en un registro en la casa de los Garrido, donde los agentes encontraron una zona oculta en la parte posterior del jardín con tiendas de campaña y algunas edificaciones donde, al parecer, la víctima y sus hijas pasaban la mayor parte del tiempo. IM
JAYCEE, 18 AÑOS EN UN ZULO .
http://www.telecinco.es/informativos/internacional/galeriadefotos/100008300/1/Jaycee+ha+pasado+18+anos+aislada+
En casos asi me planteo si debería de haber pena de muerte en todo el mundo para esta clase de personas.
¿Tu que opinas?.
El secuestrador de Jaycee Lee Dugard, condenado a 431 años de cárcel
Phillip Garrido, declarado culpable de violación y secuestro
Su esposa y cómplice, Nancy Garrido, condenada a 36 años de prisión
02.06.11 | 21:03 h.
Phillip Garrido, el hombre que mantuvo durante 18 años prisionera a Jaycee Lee Dugard, ha sido declarado por la corte de Placerville, California, culpable de secuestro y violación de la joven y condenado por ello a 431 años de prisión, mientras que su esposa, Nancy Garrido, ha sido condenada a 36 años de cárcel por mantener cautiva, desde el 10 de junio de 1991 y hasta el 2009, a Dugard.
Lee fue raptada en la calle y ante los ojos de su padrastro cuando tenía en 11 años, y permaneció en paradero desconocido durante 18 años. Durante ese tiempo la víctima dio a luz a dos bebés cuya paternidad correspondería supuestamente a su secuestrador y son fruto de las interminables violaciones que sufrió la joven.
La aparición de Lee, en agosto de 2009, reabrió la investigación sobre lo sucedido desde la tarde de su desaparición en 1991, después de que el caso estuviese archivado como pendiente durante casi dos décadas.
Lee apareció en un registro en la casa de los Garrido, donde los agentes encontraron una zona oculta en la parte posterior del jardín con tiendas de campaña y algunas edificaciones donde, al parecer, la víctima y sus hijas pasaban la mayor parte del tiempo. IM
JAYCEE, 18 AÑOS EN UN ZULO .
http://www.telecinco.es/informativos/internacional/galeriadefotos/100008300/1/Jaycee+ha+pasado+18+anos+aislada+
En casos asi me planteo si debería de haber pena de muerte en todo el mundo para esta clase de personas.
¿Tu que opinas?.
Última edición por pequerex el Vie Jun 03, 2011 1:52 pm, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: Condenados los secuestradores de Jaycee Lee Dugard.
¿Alguien podría poner fotos del caso?.
Yo no he podido. Mi perfil no me deja poner fotos. (Aun no se por que)
Yo no he podido. Mi perfil no me deja poner fotos. (Aun no se por que)
Invitado- Invitado
Re: Condenados los secuestradores de Jaycee Lee Dugard.
Este es el lugar, en el jardin de la casa, donde estuvo 18 años secuestrada.
Invitado- Invitado
Re: Condenados los secuestradores de Jaycee Lee Dugard.
Pena de muerte? Mi razón me dice si, mis ideas políticas no. Pero porque no, una cadena perpetúa y que estas personas, no vean la calle nunca más.
Si sigo pensando con mi razón, porque no encerrar a estas personas con los padres de Jaycee, incluso con ella misma, con unos bates de béisbol, en una habitación.
Como se puede ser tan desgraciados, y la señora, sin comentarios.
Julián, tu puedes poner fotos, como los demás en otro post te dije como hacerlo, no tiene nada que ver con el perfil.
Si sigo pensando con mi razón, porque no encerrar a estas personas con los padres de Jaycee, incluso con ella misma, con unos bates de béisbol, en una habitación.
Como se puede ser tan desgraciados, y la señora, sin comentarios.
Julián, tu puedes poner fotos, como los demás en otro post te dije como hacerlo, no tiene nada que ver con el perfil.
Invitado- Invitado
Re: Condenados los secuestradores de Jaycee Lee Dugard.
Esta foto es de Jaycee con 11 años, cuando fué raptada.
Y esta otra con 29 años, despues de su liberación. (18 años despues)
Y esta otra con 29 años, despues de su liberación. (18 años despues)
Invitado- Invitado
Valgame Dios¡¡¡¡
Utis, pues yo no se, por un lado, mis inclinaciones politicas (como la de Au) me impiden aceptar la pena de muerte, pero uffff... casos como estos... la pederastía y el maltrato infantil, ufffff.... Tal vez en otro post ya lo puse, pero vi que en EU ya en varias carceles realizan la catración biologica ( o quimica, no se bien como se llama)... Y esto no es cosa de hombres, tambien hay mujeres pervertidas que hacen horrores con los hijos, propios y ajenos... Ahi, pus que les cosan lo que sea necesario... Gente maldita...
Besos a todos y excelente post Peque, para llamar la atencion de este problema...
Invitado- Invitado
Re: Condenados los secuestradores de Jaycee Lee Dugard.
Pena de muerte seria poco castigo para esa clase de personas, que sientan en carne propia el daño que hicieron, ese si que seria un castigo.
No entiendo que pasa por las mentes de esas personas, la verdad que no.
Malditas personas enfermas, no tienen ningun tipo de sentimientos.
No entiendo que pasa por las mentes de esas personas, la verdad que no.
Malditas personas enfermas, no tienen ningun tipo de sentimientos.
Invitado- Invitado
OTRO SECUESTRO FAMOSO DE UNA NIÑA.
NATASCHA KAMPUSCH.
Kampusch, fue secuestrada y metida a la fuerza en una furgoneta por Priklopil cuando iba de camino a la escuela. Y ocho años después, en agosto de 2006, apareció aterrorizada en un suburbio de viena, totalmente demacrada, publica La Otra Crónica de El Mundo.
Entre una cosa y otra se sucedieron ocho años de secuestro, encerrada en un pequeño zulo, y unas enigmáticas declaraciones de Kampusch, que tras el suicidio de Priklopil aseguró que "lloraba su muerte". Ahora, con su libro de memorias, 3.096 días, se ha decidido a explicarlo, aunque sea "difícil".
La vida de Kampusch ya era, de hecho, un infierno antes de su secuestro. Sus padres, divorciados, la abofeteaban de continuo, y era una niña depresiva y comedora compulsiva. El perturbado la trasladó a una lujosa casa de Strasshof y la metió en una minúscula bodega que había preparado a conciencia: se tardaba casi una hora en entrar y sólo medía cinco por cinco metros. Aislada acústicamente, no tenía ventanas y sólo había un ventilador de plástico.
El libro revela que las primeras palabras que le dirigió a su secuestrador fueron preguntar su talla de zapatos o preguntarle su edad, o si estaba casado, para así recabar todo lo posible acerca de su identidad. Al principio, la relación entre ellos fue relativamente sencilla, y Priklopil llegó incluso a leerle cuentos y acostarla, además de regalarle juguetes.
Pero la situación se volvió pronto más tensa. "Me regalaba cosas como rollos de celo o enjuague bucal. De todas formas, me ponía muy contenta. Me valía cualquier regalo". El perturbado trató de hacerse pasar por un dios egipcio y ella le siguió la corriente. "Cuando me daba un baño, me imaginaba que estaba en un balneario. Cuando me daba de comer, me lo imaginaba como un caballero".
"Era muy humillante encontrarse en esa situación", dijo. En su adolescencia se negó a llamarle "maestro", tal como él la requería. Y fue entonces cuando Priklopil, que veía a Kampusch como un juguete, decidió que tenía que romperla para recomponerla después a su gusto.
El perturbado comenzó entonces a pegarle palizas, a quitarle la comida y mantenerla a oscuras. Hizo un interfono desde el cual se pasaba insultándola todas las noches desde su dormitorio. Empezó a subirla al piso a limpiar. Tenía que hacerlo "medio desnuda y con la mirada gacha". Y sólo "podía hablar si me hablaba primero, o me pegaba una paliza". Kampusch no ha escrito sobre los abusos sexuales en el libro, pero asegura que fueron leves. El ex empleado de Siemens sólo quería acurrucarse a su lado. Pero las palizas continuaron, y la única forma de pararlas para Kampusch era pegarse a ella misma para que el secuestrador la rogase que se detuviera.
Kampusch achaca su supervivencia a algo que ella misma pensó cuando contaba doce años, dice La Otra Crónica. Tuvo que esperar a tener 18 años y capacidad de "imponerse al secuestrador" y sacarse a sí misma de la prisión.
Por el camino no faltaron los intentos de suicidio –trató de cortarse las venas con una aguja a los 14- pero también momentos de cierta calidez, como aquellos en los que Piklopil la pedía perdón. "Creo que confiaba en mí. Era capaz de comunicarse conmigo, de expresar su enfermedad. Creo que quería crear un pequeño mundo perfecto junto a una persona que estaría ahí cuando él lo necesitara": de hecho, su visión era una bella sirviente aria –Piklopil creía que los judíos tenían la culpa del 11S-.
Cuando Kampusch contaba ya 18 años consideró que había llegado el momento de enfrentarse a él a vida o muerte. "Te agradezco que no me hayas matado y que me hayas cuidado, pero no me puedes obligar a quedarme contigo", le dijo. Para su sorpresa, Piklopil no reaccionó. Algunas semanas más tarde, éste la dejó sola en el jardín y Kampusch aprovechó para huir saltando la verja y gritando ayuda.
Kampusch cree que su captor intuía que se iba a fugar, "incluso puede que lo deseara". Por su parte, Piklopil se confesó ante un amigo y tras hacerlo se colocó sobre las vías del tren y se suicidó.
La joven dijo que la recepción de su historia fue variando a lo largo del tiempo. Cuando empezó a dar detalles de su cautiverio y describir estos detalles de su relación con el perturbado, la gente dejó de considerarla una víctima y la acusó de tener el síndrome de Estocolmo, o incluso "se molestaba. Incluso algunos decían que deberían volver a encerrarme si tanto me había gustado".
Así era cuando fue secuestrada.
Así cuando pudo liberarse.
Kampusch, fue secuestrada y metida a la fuerza en una furgoneta por Priklopil cuando iba de camino a la escuela. Y ocho años después, en agosto de 2006, apareció aterrorizada en un suburbio de viena, totalmente demacrada, publica La Otra Crónica de El Mundo.
Entre una cosa y otra se sucedieron ocho años de secuestro, encerrada en un pequeño zulo, y unas enigmáticas declaraciones de Kampusch, que tras el suicidio de Priklopil aseguró que "lloraba su muerte". Ahora, con su libro de memorias, 3.096 días, se ha decidido a explicarlo, aunque sea "difícil".
La vida de Kampusch ya era, de hecho, un infierno antes de su secuestro. Sus padres, divorciados, la abofeteaban de continuo, y era una niña depresiva y comedora compulsiva. El perturbado la trasladó a una lujosa casa de Strasshof y la metió en una minúscula bodega que había preparado a conciencia: se tardaba casi una hora en entrar y sólo medía cinco por cinco metros. Aislada acústicamente, no tenía ventanas y sólo había un ventilador de plástico.
El libro revela que las primeras palabras que le dirigió a su secuestrador fueron preguntar su talla de zapatos o preguntarle su edad, o si estaba casado, para así recabar todo lo posible acerca de su identidad. Al principio, la relación entre ellos fue relativamente sencilla, y Priklopil llegó incluso a leerle cuentos y acostarla, además de regalarle juguetes.
Pero la situación se volvió pronto más tensa. "Me regalaba cosas como rollos de celo o enjuague bucal. De todas formas, me ponía muy contenta. Me valía cualquier regalo". El perturbado trató de hacerse pasar por un dios egipcio y ella le siguió la corriente. "Cuando me daba un baño, me imaginaba que estaba en un balneario. Cuando me daba de comer, me lo imaginaba como un caballero".
"Era muy humillante encontrarse en esa situación", dijo. En su adolescencia se negó a llamarle "maestro", tal como él la requería. Y fue entonces cuando Priklopil, que veía a Kampusch como un juguete, decidió que tenía que romperla para recomponerla después a su gusto.
El perturbado comenzó entonces a pegarle palizas, a quitarle la comida y mantenerla a oscuras. Hizo un interfono desde el cual se pasaba insultándola todas las noches desde su dormitorio. Empezó a subirla al piso a limpiar. Tenía que hacerlo "medio desnuda y con la mirada gacha". Y sólo "podía hablar si me hablaba primero, o me pegaba una paliza". Kampusch no ha escrito sobre los abusos sexuales en el libro, pero asegura que fueron leves. El ex empleado de Siemens sólo quería acurrucarse a su lado. Pero las palizas continuaron, y la única forma de pararlas para Kampusch era pegarse a ella misma para que el secuestrador la rogase que se detuviera.
Kampusch achaca su supervivencia a algo que ella misma pensó cuando contaba doce años, dice La Otra Crónica. Tuvo que esperar a tener 18 años y capacidad de "imponerse al secuestrador" y sacarse a sí misma de la prisión.
Por el camino no faltaron los intentos de suicidio –trató de cortarse las venas con una aguja a los 14- pero también momentos de cierta calidez, como aquellos en los que Piklopil la pedía perdón. "Creo que confiaba en mí. Era capaz de comunicarse conmigo, de expresar su enfermedad. Creo que quería crear un pequeño mundo perfecto junto a una persona que estaría ahí cuando él lo necesitara": de hecho, su visión era una bella sirviente aria –Piklopil creía que los judíos tenían la culpa del 11S-.
Cuando Kampusch contaba ya 18 años consideró que había llegado el momento de enfrentarse a él a vida o muerte. "Te agradezco que no me hayas matado y que me hayas cuidado, pero no me puedes obligar a quedarme contigo", le dijo. Para su sorpresa, Piklopil no reaccionó. Algunas semanas más tarde, éste la dejó sola en el jardín y Kampusch aprovechó para huir saltando la verja y gritando ayuda.
Kampusch cree que su captor intuía que se iba a fugar, "incluso puede que lo deseara". Por su parte, Piklopil se confesó ante un amigo y tras hacerlo se colocó sobre las vías del tren y se suicidó.
La joven dijo que la recepción de su historia fue variando a lo largo del tiempo. Cuando empezó a dar detalles de su cautiverio y describir estos detalles de su relación con el perturbado, la gente dejó de considerarla una víctima y la acusó de tener el síndrome de Estocolmo, o incluso "se molestaba. Incluso algunos decían que deberían volver a encerrarme si tanto me había gustado".
Así era cuando fue secuestrada.
Así cuando pudo liberarse.
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